Todos los diseñadores gráficos alguna vez hemos utilizado el llamado “et” (o el más bonito ampersand, dicho en inglés) en algún trabajo. Su utilización en logotipos es casi tan amplia como el uso que se hace de el en el diseño editorial, pero así y todo no todos conocen el origen de este mal llamado símbolo. Digo mal llamado por en realidad se trata de un logograma, que como bien dice la wikipedia “Un logograma es un grafema, unidad mínima de un sistema de escritura, que por sí solo representa una palabra o un morfema. Esto contrasta con otros sistemas tales como los alfabetos, los abjads o los silabarios, donde cada símbolo representa en primer término un sonido o una combinación de sonidos.”
El origen es mucho más claro y sencillo de lo que mucha gente cree, ya que proviene de la palabra et, que en latín significa “y”. A pesar de que en muchas tipografías es difícil reconocer las formas “e” y “t” que conforman el “et”, en otras es claramente reconocible. Su invención la debemos a Marco Tulio Tirón, esclavo de Cicerón (que también se llamaba Marco Tulio, por cierto). El puesto de esclavo lo tenía heredado, pero era mucho más que eso, siendo entre otras cosas su escriba. Por eso inventó Marco Tulio (Tirón) el “et”, como una forma de abreviar para escribir más rápido, cosa que le valió el pasar a la historia como el inventor de la taquigrafía.
El nombre en inglés deriva de la frase “and per se and”, que siginifica “y por si mismo y”, que con el tiempo y la pronunciación rápida se conviertió en Amspersand, introducido con ese nombre en 1830. Durante años, este logograma fué el último grafema del alfabeto, después de la Z.
A partir de ahí, diseñadores, tanto tipográficos como no, han utilizado el & de mil maneras distintas, y aún hoy es un recurso que nunca pasa de moda. Conocer y comprender su morfología es fundamental para trabajar con él y conocer sus posibilidades y características.